Ayer tuve un domingo astromántico, como dice la canción: “y ya lo sé, otra vez ha sucedido, volaron los manteles y el domingo se hizo especial”.
Pasé el día en la capital, disfrutando de las amigas de la carrera, comiendo chocolates, poniéndonos al día, quejándonos de este año y dándonos mimitos; como antes, como siempre.
De vuelta a casa acabo melancólica. Qué duro es acabar etapas. Qué duro es hacerse mayor.
Sólo me consuela que este miércoles comienza mi Semana Santa en Barcelona. Contigo.
Anoche dormí con mi hermana pequeña, M. para los amigos, y al parecer hemos tenido algún que otro problemilla por cómo ha amanecido la cama hoy. Por la mañana me he levantado a la misma hora de siempre. He encendido el ordenador y he visto los vídeos de fama ¡a bailar! de ayer por la tarde. Después he desayunado un café con leche con su rollito (absolutamente de dieta, ¡ja!) y he escogido qué tema estudiar. Entre el montón de temas sin mirar, es difícil encontrar uno apetecible, y mira, paradojas de la vida, lo he visto: “Alimentación, nutrición y dietética. Alimentación equilibrada y planificación de menús. Trastornos infantiles relacionados con la alimentación. Las horas de comer como momentos educativos”. Me ha motivado. Lo he resumido. Lo he estudiado. Y creo que aún recuerdo algo.
Ahora sopla el viento, ahora hace calor. Pronto cambiarán la hora. De nuevo un cambio de estación.
El tiempo pasa muy rápido. Y yo tengo la sensación de ir corriendo por el andén, detrás de un tren muy viejo, sin ninguna mano que salga de éste para subirme.
Quedan demasiadas cosas por hacer y poco tiempo para llevarlas a cabo. Y además hay muchas expectativas puestas en el momento y tan poco optimismo por nuestra parte…
Estudiar oposiciones es muy cansino. Cuando estudias, tienes la sensación de que no te sirve para nada y cuando no lo haces, te matan los remordimientos. Últimamente me estoy presionando demasiado con el tema. Será normal, supongo, ya que cada vez están más cercanas. Pero bueno, pienso aplicarme lo que dice el eslogan de un anuncio de moda: "Estás aquí para ser feliz". ¡Y a vivir que son dos días!
Vuelvo a estar aquí. Y digo vuelvo porque ya me considero veterana de esto, aunque haga algún tiempo que he estado desaparecida. Empecé como Adise en un Here without you y ahora cambio de espacio, de estilo (porque si algún día tuve alguno, lo he perdido) y de situación personal/estudiantil…pero sigo siendo la misma.
Mis días ahora se resumen en montañas de temas de la oposición, clases particulares a alumnos que me vuelven loca, viajes a los brazos de Joan y mientras tanto…horas y horas colgada del teléfono. De ahí el nuevo título del blog.
Si hay alguien que trabaje para una compañía telefónica que puso la tarifa nacional gratuita, sabrá quién soy, no tiene más que mirar las facturas de los clientes y comprobar quiénes no les salen rentable. Sólo tendrán dos: uno es él y la otra soy yo.